El alcalde de Trujillo, Alberto Casero, ha salido al paso de las acusaciones del PSOE sobre la irrealidad de los datos de las cuentas generales de 2017 debatidas en el último pleno. En este sentido, Casero asegura «no haber mentido nunca», a la vez que ha aclara que «gran parte de la deuda pertenece al gobierno socialista». Así, explica que la deuda con los bancos procede de un préstamo de 600.000 euros que pidió el PSOE en su última etapa de gobierno, y del que faltan por pagar «algo más de 200.000 euros».

Asimismo, hay pendientes unos 800.000 euros «de la deuda de 2,3 millones de las facturas con proveedores que encontramos en los cajones cuando llegamos», dice. En este caso, Casero recuerda que en 2011 el Gobierno central puso en marcha un sistema para liquidar facturas para el cual se pidió 1,6 millones «quedando aún por pagar la mitad». Después, se solicitaron 700.000 euros más «porque seguían apareciendo facturas» y se pagaron con tributos del Estado.

Por otro lado, indicó que la deuda a corto plazo o con proveedores, a fecha de 31 diciembre de 2017, era de 1,8 millones «lo que se traduce en 195 euros por habitante». Una cifra que hoy se ha reducido a 1.650.000 euros, de los que 950.000 corresponden a deuda con las concesionarias de limpieza viaria y recogida de basura. Finalmente, Casero destaca «el esfuerzo numantino que se está haciendo por disminuir esa deuda» y remarca que no se haya dejado de pagar «ningún mes» a los trabajadores del ayuntamiento, ni a los de programas subvencionados por la Junta.