Una de las romerías más antiguas de Extremadura, la de La Garganta, se celebró ayer en presencia de numerosos romeros, que pudieron presenciar, un años más, cómo su alcalde entrega, como un acto de confratenidad, el bastón de mando al de Béjar, y viceversa. La razón de esta peculiaridad radica en el hecho de que ambas localidades pertenecieron hasta 1844 al antiguo ducado de Béjar.

El origen de esta festividad hay que buscarla en 1450, y sus protagonistas fueron los paporros , nombre cariñoso con el que se conoce a los vecinos de la localidad, que celebra todos los Lunes de Pentecostés esta fiesta en honor a la Virgen del Castañar.

La tradición cuenta que en el siglo XV dos pastores y sus familiares estaban enfermos con la peste, entonces la Virgen se les apareció y les curó, y desde entonces este pueblo honra a la Virgen por el milagro.

Los actos festivo comienzan el día antes con la preparación de los platos típicos: caldereta de cabrito, leche frita, roscas y embutidos caseros, todo regados con licores locales. Además, por la mañana temprano algunos jóvenes hacen el recorrido a caballo hasta Béjar, donde está el santuario de la Virgen y donde se le ofrece una misa extremeña cantada por el coro local.

Hace dos años, el alcalde en funciones de La Garganta, Jesús Valdés, solicitó a la Junta que incluyera la romería en las fiestas de interés regional. "Nos han comunicado que al celebrarse en Béjar y compartirla con dos poblaciones de distintas provincia no se puede declarar", afirma.