El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Cereza del Jerte está llevando a cabo una campaña de promoción y divulgación de las características de las cerezas pertenecientes a la variedad picotas. Según explica, se trata de "un producto exclusivo que se distingue por su dulzor, su textura carnosa y crujiente, su tamaño y color, y sus propiedades saludables".

La picota llega tras el espectáculo de la floración de los cerezos, coincidiendo con el inicio del verano. "Es una cereza de un tamaño un poco menor del habitual, crujiente, de sabor con carácter. Además, se trata de la única que pierde el pedúnculo de forma natural", explica la DOP en su escrito divulgativo.

Como todas las demás variedades, se cogen a mano, una a una, y abundan en el Valle del Jerte, que ha ganado una creciente fama por sus miles de cerezos en flor. De hecho, la zona ofrece un espectáculo no menos singular en los meses de la cosecha de las picotas, que empieza a final de mayo hasta principios de agosto.

Además, consumir picotas del Jerte garantiza la ingesta de una gran fuente de salud y bienestar, "ya que tiene ocho vitaminas, hierro, magnesio y calcio, muchos antioxidantes, fibra y pocas calorías", precisa la DOP. También es una aliada de la belleza, "porque hidrata y suaviza la piel, protegiéndola de los rayos solares y favoreciendo el bronceado", matiza.

POSTRES Y PLATOS Este producto se ha convertido en indispensable en muchas despensas españolas, y es muy demandado en mercados nacionales e internacionales, sobre todo en Alemania y Reino Unido. También se utiliza en la cocina, no solo para postres, sino también como acompañante de platos salados (entre ellos los quesos o el foie), y de carnes y pescados.