TLtos conozco. Están aquí, entre nosotros, intentando buscar una salida. Hace ya un par de días que veo desde mi ventana algo insólito. A los que entiendan un poco de pájaros les parecerá que estoy mintiendo o bromeando. Pero no, es verdad. Ahora está posado en un banco del jardín. Desde aquí puedo admirar su plumaje verde y azul, metalizado. Es un martín pescador. Una especie amenazada y difícil de observar; un pájaro que habita al borde de ríos de aguas claras y abundante vegetación y que, como su nombre indica, pesca para alimentarse.

Se nota que está desorientado, fuera de lugar. Algo normal teniendo en cuenta que mi casa está lejos de cualquier cauce y que un par de olivos y un seto de photinias no se pueden calificar de vegetación exuberante. Sin embargo, como digo, lleva un par de días por aquí. Se posa en el banco de piedra y, con movimientos nerviosos, gira sobre sí mismo. Unas veces mira hacia la cristalera y, reflejado en ella, intenta traspasarla con una insistencia estéril. Otras veces, vuela tan solo unos metros, como inspeccionando el entorno e, inmediatamente después, regresa a su extraña atalaya y continúa inquieto, sin explicarse qué demonios hace él ahí, deconcertado ante la certeza de que ese no es su sitio.

Y, al mirarlo, pienso que no es el único y me recuerda a todos los que, como él, están desubicados: la familia que se queda sin hogar, la niña que sufre bullying, la ingeniera que vende cosméticos, el joven que estudia lo que le permiten sus notas y no su vocación... Los conozco. Están aquí, entre nosotros. Imagino que ellos también se sentirán perdidos, mirando a un lado y a otro sin explicárselo, indignados o resignados, no sé; intentando buscar una salida.

Y mientras bajo las persianas y dejo un día más a mi martín pescador añorando ese río que no aparece, soñando con esa zambullida vertical tan suya, pido un deseo: que mañana él ya no esté aquí, que encuentre por fin su sitio. Que todos lo encontremos. Pero no uno prestado, sino el que nos corresponde. Podemos conseguirlo. Debemos hacerlo.