La Virgen de la Victoria escuchará entonar esta noche de sábado la tradicional salve a los trujillanos desde su baldaquino, en el interior del templo de San Martín de Tours, en vez de en el atrio, como de costumbre.

Esta es una de las decisiones que la hermandad trujillana se ha visto obligada a tomar a consecuencia de la crisis sanitaria y que está acompañada de una restricción del aforo en el templo al 75% y la supresión de las procesiones desde y hasta el castillo.

Javier Diz, presidente de la hermandad de la Virgen de la Victoria reconoce que en este acto, desarrollado de manera habitual, «no se podrían garantizar las medidas y recomendaciones sanitarias necesarias para la prevención del virus», por lo que se decidió realizarlo dentro.

De esta manera, la puerta de las limas, única entrada disponible para la novena de las 20.30, estará custodiada por dos miembros de la hermandad, que se encargarán de controlar el número de personas que acceda al templo, un máximo de 250.

Una vez completado este aforo, no se cerrarán las puertas del templo, pero se pondrá un cordón que impida el paso. «Será la propia hermandad la encargada de controlar esta cuestión, aunque la policía local estará por la zona por si fuera necesario», dice Diz.

Cabe recordar, que durante todo el día, se estará llevando a cabo el besapié de la virgen, que estará fuera del baldaquino y será acercada a los fieles, que podrán saludarla con un gesto con el fin de extremar la precaución y mantener el contacto físico.