El equipo de gobierno de Talayuela defendió ayer la construcción de una mezquita en la localidad después de las quejas manifestadas por los vecinos, que incluso protagonizarán una manifestación el próximo 2 de septiembre. El ayuntamiento aseguró que la construcción "reúne todos los requisitos legales vigentes al respecto, lo que impide la paralización de dicha obra". Desde el ayuntamiento se ha aclarado que la concentración del próximo sábado, "va en contra de los responsables políticos que gobiernan el municipio, y por tanto va en contra del alcalde, José Moreno, a quien este grupo de personas ha tachado de mentiroso", añaden.

Además, el equipo de gobierno cree que detrás de esta serie de actos, "existe un trasfondo político", pues, según explica, "la gestión municipal se lleva a cabo en los plenos por parte de los 17 concejales". Desde el consistorio se ha insistido en que existe una petición de licencia municipal para la ejecución de un centro cultural islámico y en el momento en que tenga entrada la petición de licencia municipal de actividades le sería aplicada la preceptiva que hace referencia al reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas. EL PERIODICO se puso en contacto ayer con el edil talayuelano quien no quiso hacer declaración, delegando la palabra en el equipo de gobierno al completo, quien indicó su respeto a la manifestación de la opinión vecinal dentro de la legalidad, "pero dejando claro cuales son los motivos concretos y verdaderos de estos actos", insistió.

Algunos vecinos de Talayuela han mostrado sus quejas al ayuntamiento de la localidad por la puesta en marcha, hace unos meses, de la construcción de una mezquita en pleno casco urbano. Según estas personas, "ya son muchas las ocasiones en las que nos hemos trasladado al consistorio para pedir el cese de la obra, por su ubicación y las anomalías que existen en el terreno donde se está edificando".

ENGAÑO Los afectados aseguran sentirse engañados, "porque en un primer momento nos dijeron que ese edificio se construiría como sede de un centro cultural islámico, pero una vez comenzadas las obras hemos conocido que será una mezquita". El grupo vecinal ha querido dejar claro que sus quejas van dirigidas en contra de la propia construcción y que en su malestar no se incluye "ningún tono racista". Desde hace días, estas personas han recogido firmas, "que ya superan el medio millar" y que presentarán al ayuntamiento como signo de protesta, además de la manifestación convocada para el sábado en la localidad, en la que también rechazará el fin para el que se ha construido este edificio, que consiste, según ellos, en "una actividad de gran aglomeración de personas junto a las demás casas de esa calle, cuando debería ir ubicada en un lugar sin viviendas alrededor", apuntan.