La pintura se ha convertido en la protagonista en el municipio cacereño de Ceclavín después de que un vecino haya donado al ayuntamiento una colección de treinta cuadros de grandes dimensiones. 150 de largo por 116 centímetros de alto son las medidas con las que se presentan la mayoría de las joyas pictóricas de las que ya es propietario el consistorio.

No es de extrañar la alegría del alcalde de Ceclavín, Pedro Martín, quien no ha dudado en aceptar tan magnífico regalo, dándole la bienvenida con los brazos abiertos. "Hemos recibido los cuadros con mucha ilusión porque son unas verdaderas joyas de arte que nos ha permitido decorar el centro social, que ahora parece un museo", comentó el alcalde.

Tasados

La donación ya de por sí resulta curiosa por la magnitud de las obras y su gran número, pero más asombroso resulta cuando se oye a su expropietario cifrar el valor en, nada más y nada menos, que 34.000 euros.

La mayoría de las obras cuelgan ya de las paredes del centro social, aunque otras se han utilizado para decorar el interior de las dependencias del hogar de los pensionistas.

El protagonista de esta historia solidaria es Alejandro Hermoso Hernández, natural de Ceclavín. Cuando se le pregunta por el motivo que le ha llevado a realizar tan valiosa donación, responde decididamente que el amor por su tierra. "Ceclavín es mi tierra, es el lugar donde he nacido y la quiero mucho", confiesa. Las obras "tienen para mi un gran valor sentimental, el mismo que siento hacia mi pueblo y he querido agradecérselo con un gesto grande y, aunque yo resido en Madrid, siempre he llevado el nombre de mi pueblo por todos los sitios y en mis catálogos de pintura Ceclavín es la primera palabra que aparece", asegura.

Las obras de este pintor autodidacta, como el mismo se reconoce, se caracterizan por su imaginación. "Pinto lo que me sale", comenta. Por eso, sus pinturas, elaboradas con óleo y acuarela, muestran desde animales representados en cabras y caracoles, hasta retratos y cuerpos de mujeres.

El ayuntamiento ha enmarcado los 30 cuadros. Esto le ha llevado a invertir 3.000 euros, una cantidad "mínima" en comparación con el valor artístico y patrimonial que ha recibido a cambio de un vecino del pueblo.