La Policía Nacional ha detenido a cuatro personas, uno de ellos el propietario del local El Gallo, en Millanes, por introducir en España a mujeres para su explotación sexual en un club de alterne de la provincia de Cáceres.Las mujeres procedían de Sudamérica, principalmente de Brasil, y adquirían mediante engaño una deuda con los miembros de la organización que tenían que saldar ejerciendo la prostitución.La operación se inició el 23 de mayo a raíz de la declaración prestada por una mujer en la Brigada Provincial de Extranjería y Documentación de Cáceres, quien manifestó haber sido traída desde Brasil hasta España por los integrantes de un grupo organizado, siéndole impuesta una deuda económica, que tenían que saldar ejerciendo la prostitución y el alterne en el club El Gallo, propiedad de la organización, situado en la localidad de Millanes.La policía comenzó su investigación y descubrió que el modus operando del grupo consistía en la captación de mujeres, prioritariamente en Brasil, a las que ofrecían venir a España, bajo la promesa de grandes ingresos de dinero que obtendrían ejerciendo la prostitución.Una vez convencidas, el captador en origen les proporcionaba todo lo necesario para realizar el viaje, esto es reservas de hotel, el dinero necesario para simular su condición de turista, los correspondientes billetes de avión para viajar hasta España y retornar a su país de origen e incluso les facilitaban la obtención del pasaporte.Engañadas al llegar a EspañaCuando las víctimas llegaban hasta el aeropuerto de destino en España, eran recogidas por un miembro de la organización y trasladadas hasta el club donde iban a tener que alternar y prostituirse. Nada más llegar a este club, uno de los miembros de la organización les retiraba el dinero que les habían facilitado para simular su condición de turista y les informaban que habían adquirido con la organización una deuda próxima a los cuatro mil euros, dato que hasta ese momento desconocían.Esta deuda debían "amortizarla" prostituyéndose en el club de la organización, siendo obligadas a permanecer en el mismo hasta que fuese saldada la misma, llegando a recibir amenazas y coacciones si se negaban a ello. De igual forma, no podían abandonar el establecimiento sino era en compañía de algún miembro de confianza de esta red, hasta que hubieran hecho frente a esta cantidad económica, que por otro lado iba aumentando diariamente al estar obligadas a pagar por la manutención y el alojamiento que la organización les proporcionaba.