En enero, miembros de la Guardia Civil pertenecientes al Equipo de Policía Judicial de Plasencia, como consecuencia de los robos perpetrados en el norte de Cáceres, los cuales estaban creando gran alarma social, iniciaron una serie de investigaciones para el esclarecimiento de los hechos y detención de los supuestos autores, por el robo cometido en el colegio de Casas del Monte, del que se llevaron 14 equipos informáticos. Días más tarde se producen otros tres robos, en los ayuntamientos de Oliva de Plasencia, Cabezabellosa y Zarza de Granadilla.

En febrero se producen otra serie de robos en los Ayuntamientos de Santibañez el Bajo, Torrecillas de los Angeles y Palomero. Posteriormente, tiene lugar un nuevo robo en el estanco de Caminomorisco.

En primer lugar y tras la identificación del propietario de una mochila olvidada, la Guardia Civil decide llevar a cabo un registro domiciliario en Casar de Palomero, residencia del propietario de la mochila, donde se le encontraron algunos efectos procedentes del estanco robado. Ademas se pudo comprobar como el resto de los componentes de la banda identificados eran consumidores de estupefacientes.

Nuevamente se produce otro robo, ahora en el estanco de Nuñomoral, siendo identificados momentos después en el interior de un vehículo parte de los componentes de la banda. En abril se llevan a cabo tres registros domiciliarios en Las Erías y Mesegal (Pinofranqueado), El Cerezal (Nuñomoral), donde fueron detenidas 6 personas: 4 varones y 2 mujeres), llevándose a cabo la intervención de efectos valorados en 40.000 euros.

Además fueron aprehendidas 265 dosis de Speedy, 10 dosis de LSD y 318 gramos de marihuana, así como los elementos necesarios para una plantación interior de esta droga. Los siete detenidos, fueron puestos a disposición judicial, ingresando en prisión el cabecilla. El resto quedó en libertad con cargos.