Agentes de la Guardia Civil han detenido a una vecina de la localidad cacereña de Alcuéscar, de 61 años, acusada de un delito continuado de estafa, tras utilizar de manera fraudulenta la tarjeta bancaria de una supuesta amiga con discapacidad física a la que visitaba en el Centro de Atención de este municipio.

En total, la ahora detenida está acusada de haber realizado cargos y reintegros de dinero en efectivo por valor de más de 7.000 euros, según informa la Guardia Civil en nota de prensa.

La investigación se inició el pasado mes de octubre cuando una mujer con discapacidad física, vecina de Alcuéscar, denunció que alguien había realizado, sin su consentimiento, diversos cargos y extracciones de dinero en efectivo por valor de más de 7.000 euros.

Explica la Guardia Civil que la mujer denunciante, que tiene una discapacidad física que le impide el uso funcional de sus extremidades, se ve en la obligación de confiar en terceras personas para que, en su día a día, le ayuden a coger ciertos efectos y pertenencias tanto de su bolso, como de la habitación en la que vive en un Centro de Atención de la localidad".

Esta situación hizo que "las sospechas recayeran desde un primer momento en el entorno más cercano de la perjudicada", por lo que los agentes analizaron los movimientos bancarios de la denunciante, en ls que encontraron pagos a empresas de electricidad y de telefonía con las que la denunciante no había contratado ningún servicio, además de que la tarjeta bancaria usada no había sido utilizada nunca por ella desde que el banco se la entregó.

Con esta información, la Guardia Civil solicitó además a estas empresas los detalles de los servicios que, supuestamente, habían prestado y cuyo importe había sido cargado en la cuenta bancaria de la denunciante, y lograron una dirección de suministro eléctrico en la misma localidad de Alcuéscar, que resultó ser la dirección de una mujer, amiga de la denunciante, que solía visitarla en un Centro de Atención de esta localidad, donde reside, para ayudarla con diferentes actividades diarias.

Con estos datos, y tras recabar las suficientes pruebas incriminatorias, los agentes procedieron finalmente a la detención de esta mujer, como supuesta autora de un delito de estafa, al haberse apoderado de una tarjeta bancaria de la denunciante, así como de su número PIN, y posteriormente utilizar ésta de manera fraudulenta ocasionándole un perjuicio económico superior a los 7.000 euros.