Aparentemente tranquilo y sin querer hacer declaraciones a los medios de comunicación ni antes ni después del juicio de ayer en el Palacio de Justicia de Cáceres, José Antonio Redondo, es alcalde de Trujillo desde 1996 por el PSOE y diputado delegado del Organismo Autónomo de Recaudación y Gestión Tributaria y del colegio mayor universitario Francisco de Sande. Profesor de Historia Antigua en la Universidad de Extremadura, tiene 48 años y está separado. Los socialistas, con seis concejales al igual que el PP, gobiernan gracias al apoyo de IU, que logró un edil en las pasadas elecciones.

Arropado por un grupo de amigos, el edil declaró durante un cuarto de hora en el Juzgado de lo Penal. Dijo que el pasado 16 de abril, día en el que ocurrieron los hechos, acudió a una comida y, posteriormente, dio un paseo y visitó unas obras. Luego recordó que tomó "una copa" viendo un partido y que, al regresar, a casa, observó cómo la Guardia Civil le hacía señales, algo que no consideró anormal ya que, por su cargo, suele conversar con agentes. Redondo en ningún momento reconoció que hubiera estado conduciendo ebrio aquella noche. Su médico, que compareció como testigo, indicó que sufre "hipertensión arterial, obesidad mórbida y ansiedad ocasional", por lo que dijo que necesita una medicación incompatible con grandes dosis de alcohol.