Llegó una de las fiestas más esperadas, o quizá la más, para los vecinos de Villanueva de la Vera. El Pero Palo, de Interés Turístico Regional, es una tradición de hace ya varios siglos de historia y que cada año por estas fechas se recrea para deleite de vecinos y visitantes. Y es que se viven cinco días intensos de fiesta, algarabía y costumbre.

El Pero Palo 2019 comienza hoy, a las cuatro de la tarde, con el denominado Domingo de Cabezas, que consiste en sacar la cabeza del Pero Palo para hacer un recorrido por las calles del pueblo y que vuelve a su lugar de origen, a la casa del peropalero mayor «que es quien custoria el Pero Palo durante todo el año en su casa, una tradición familiar que pasa de padres a hijos», señalaba Antonio Caperote, alcalde de Villanueva de la Vera. La cabeza del Pero Palo tiene entre 200 y 300 años.

De esta forma se anunciará la fiesta del Pero Palo, una tradición que no tiene una definición exacta. Y es que se barajan tres hipótesis: que fuera un guerrillero de la época de la Reconquista; que fuera un malhechor condenado a morir por los procedimientos de la Santa Inquisición; o que simplemente sea una representación, por parte de los vecinos de Villanueva de la Vera, de los procesos habituales que tenía la Inquisición para con los reos de aquellos tiempos.

Lo que si está claro es que vecinos y visitantes disfrutan y viven la fiesta con mucha pasión e implicación. Por eso hoy, el peropalero mayor, acompañado de otros peropaleros ataviados con tambores y escopetas, realizarán ese recorrido por las calles del pueblo para anunciar el comienzo de la fiesta que tendrá sus días grandes del 2 al 5 de marzo.

La fiesta grande

El sábado, de madrugada, ya comienza la fiesta grande con la confección del muñeco para llevarlo después, el domingo y lunes, hasta la plaza del pueblo y que se lleve a cabo la denominada «judiá», la exposición y recorrido del Pero Palo por el pueblo para que los vecinos puedan vejarle por las fechorías cometidas. Y ya el martes es el día por excelencia de la fiesta en la que se lleva a cabo la corrida de las elecciones, que es la condena a muerte del Pero Palo y la difusión de esta por todo el pueblo; el paseo, que es un desfile de capitanes y vecinos del pueblo ataviados con su traje típico; el ofertorio de las calabazas, donde se dan donativos; y todo termina con la jura de bandera del capitán y capitana de este año y del siguiente. Al anochecer, el Pero Palo, confeccionado en la madrugada del sábado, será manteado y quemado.