La población de Cedillo ha celebrado como cada año la enfariñá o "enfarinhá" como cierre a las fiestas del carnaval. El enfariñamiento es una de las fiestas tradicionales de la comarca de Sierra de San Pedro y el Tajo Internacional en el que durante el martes de carnaval hombres y mujeres se tiran harina para despedir el carnaval.

Cedillo es el pueblo más occidental de la provincia de Cáceres y pese a tener una reciente historia, ya que suele datarse su origen a partir de una antiguo poblamiento conocido como Monte de Zedillo, la ocupación de su territorio es muy antigua como atestiguan los importantísimos yacimientos históricos existentes en su entorno: dólmenes de pizarra, algunos de ellos magníficamente conservados y numerosas tumbas antropomorfas, que se encuentran sobre elevados promontorios en las cercanías del Tajo y del Sever.

XPOCO SE SABEx del origen de esta fiesta, aunque seguramente proceda de celebraciones previas que traerían los portugueses, primeros pobladores de la zona venidos del otro lado de la Raya, donde existen varios pueblos que celebran en Portugal fiestas similares a la de Cedillo.

Es una fiesta única en Extremadura que comparte con otros pueblos de España y del sur de Europa nombre y tradición, así son varios pueblos del Levante, como Torreblanca, la Font de la Higuera y Berga en Cataluña que junto a Cedillo celebran la fiesta de la enfariná al cierre de los carnavales.

Antonio González , alcalde de la localidad, pretende establecer alguna colaboración o hermanamiento con estos otros pueblos que mantienen la enfariná, incluso con algún otro de la costa griega que a pesar de la distancia mantiene una fiesta similar, señal inequívoca de las antiguas tradiciones de los pueblos del mediterráneo.

XDURANTEx la fiesta, la calle principal aparece cortada al tráfico y el suelo parece haber sido pintado de blanco, los lugareños vestidos con ropas viejas dan la bienvenida los visitantes y les advierten del riesgo de cruzar la calle, a partir de aquí, cualquiera se puede acercar a ti y un puñado de harina hará el resto.

Aunque generalmente es una persona de distinto sexo quien enfariña al otro, a menudo se producen enganches entre todos, vecinos y visitantes. A partir de las dos de la tarde se dan por suspendidas las hostilidades y todo el mundo disfruta de una caldereta y recupera el aliento tras largas carreras harina en mano.

Aunque en algunos pueblos la enfariná es una representación de guerras entre bandos distintos, no sabemos exactamente que representa la enfariná de la población cacereña de Cedillo, lo que sí es cierto que desde los más pequeños a los mayores todos disfrutan de esta fiesta que no es la única que mantiene esta localidad fronteriza.