Calzado de cuero, relojes de corcho, piezas de vidrio, pañuelos, mantelerías bordadas a mano, tinajas, maceteros y alfarería son algunos de los elementos que pueden adquirirse desde ayer y hasta el domingo en la Feria del Caballo y la Artesanía de Torrejoncillo. Gran parte del recinto ferial está dedicado a los caballos de pura raza, pero una de las zonas más atractivas para el público es la destinada a los artesanos, que este año ha congregado a 60 expositores.

La participación de artesanos procedentes de Cataluña y de Madrid refleja que, año tras año, la feria traspasa las fronteras extremeñas para convertirse en un evento casi nacional. Los torrejoncillanos se han volcado con la feria, así como los montehermoseños y los pacenses. También están presentes artesanos populares como el Tío Picho con su miel, o los inventores del Manosanta , llegados de Cilleros.

A pesar de algún que otro contratiempo en el montaje de las instalaciones --que ayer los operarios intentaban subsanar--, la feria es ya un gran escaparate para los oficios artesanales. "Pretendemos que sea una gran ventana para la promoción de la artesanía", afirmó el alcalde Moisés Levi.

La organización ha editado 5.000 folletos para repartirlos entre los visitantes estos días en los que se detalla la distribución de los diferentes espacio de la feria: la pista de concursos, las cuadras de los sementales y yeguas, la zona de la doma de caballos árabes y lusitanos, la zona agroganadera, el bar, la oficina de información y los talleres activos de artesanía.