Si hasta ahora las restricciones en el uso del agua en la comarca se había limitado al riego de jardines privados, huertos y parques públicos pronto podría extenderse también al uso de agua en instalaciones rústicas. El bajo nivel que presenta en la actualidad el pantano de Santa Lucía, que abastece a nueve municipios de la comarca, hace que haya que pensar en nuevas medidas para reducir su consumo. Y es que en estos momentos la capacidad de esta presa está al 38%, ya que desde que se implantarán las medidas anteriores a mediados del mes de octubre, han sido contadas las ocasiones que ha llovido, «y prácticamente el pantano no lo ha notado».

Así lo asegura el alcalde de Trujillo, Alberto Casero, quien ha anunciado que, probablemente, a finales de esta misma semana vuelvan a reunirse los alcaldes de la comarca «para poner una fecha y tomar alguna medida más porque, la situación sigue empeorando». Aunque dichas limitaciones aún no están definidas «habría que estudiarlas bien para causar el menor daño posible, pero hay que entender que la situación no es fácil», añade Casero. Desde que se tomaron las primeras medidas la presa ha perdido casi diez puntos, según el mandatario trujillano, «lo cual hace que nos preocupe el hecho de que la calidad del agua pueda variar dentro de poco, al tener que sacarse por bombeo», explicó

En cuanto al corte de agua para uso doméstico en algunos tramos horarios del día o de la noche, el alcalde ha señalado que serán los técnicos los que valoren la medida «e indiquen lo qué debemos hacer, aunque lo primero sería el corte de agua en rústico».

Por otro lado, Juan Manuel García, responsable en la zona de la empresa encargada del suministro de agua, ha recordado que solo en el año 2012 el pantano de Santa Lucía llegó a estar en el nivel en se encuentra ahora.

BOMBEO/ Aunque de momento el agua disponible se sigue sacando por gravedad «si llegara a estar la presa al 18 o 20% de capacidad habría que hacerlo con bombeo, por lo que la calidad, aunque sensiblemente, podría variar», indica Juan Manuel García. Y es que hace poco más de un mes, cuando los alcaldes decidieron tomar medidas ante la situación de alarma por el nivel de la presa, esta se encontraba al 46,6 % de capacidad.

Esta circunstancia también lo ha notado Javier Pulido, un pescador que se recorre a lo largo del año todos los pantanos de la región y que asegura que, en cuestión de dos o tres, ha visto bajar el agua a niveles que él nunca ha conocido. «Hace solo una semana pescaba en aquellas piedras de allí arriba a la orilla del pantano, y mira ahora donde están», dice, señalando varios metros más arriba. Una situación que, según los pronósticos meteorológicos, no parece que vaya a mejorar, al menos en los próximos días.