TMte había dejado caer por el bar de El Moreno, tasca con solera, frente al salón de baile del lugar. Retransmitían en la caja tonta un debate sobre el 'Señor X' y los GAL. A estas alturas de la película, ya se sabe quién era ese misterioso señor. El periodista Juan José Millás lo soltó entre líneas en la entrevista con Felipe González publicada en el 'El País' el 7 de noviembre de 2010. Intervenía Felipe en el debate televisado y echaba balones fuera. Varios paisanos, apuñando el vaso de vino entre los callos de sus manos, miraban la pantalla.

Juan Calvo Gutiérrez, al que apodaban vecinalmente Remache y El Rema", exclamó: "Embúhtih y cuéntuh, de unu nacin ciéntuh". Cipriano Pérez, que atendía mejor por Ti Cipriano Pellejo, remachó: "Ojo, que pa dicil mentírah y comel pehcáu, hay que tenel muchu cudiau".

Se ha sondeado a la calle después de que Rajoy compareciera (a la fuerza ahorcan) en el Parlamento. La mayoría ni siquiera vieron la comparecencia. Tenían cosas mayores y mejores que hacer. Los que respondieron tenían en gran parte ya forjada su visión del caso. Y afirman que el barbado gallego y los suyos mienten más que valen. Imitando al Jefe del Estado, cuando aquello del elefante en las selvas de Botsuana, el ahora Jefe del Gobierno también ha dejado caer un "me equivoqué". Dios los cría y ellos solos se juntan.

Se niegan a dimitir el señor Rajoy y sus adláteres, los que convocan ruedas de prensa amañadas y pactadas y abusan de las pantallas de plasma. Por menos, valga el ejemplo, los ministros de Defensa y Educación de Alemania, Karl-Theodor zu Guttenberg y Annete Schavan, presentaron su dimisión, al igual que el ministro francés Jérôme Cahuzac o el gobierno belga por la venta del grupo bancario Fortis.

La sombra de la duda, y no hablamos de la película que rodó Alfred Hitchock en el año 1943, cubre a muchos jerarcas del PP. Pero ellos no asumen esa duda, pese a que Aristóteles afirmara que "la duda es el principio de la sabiduría". También el francés Louis Pasteur dejó dicho: "Duda siempre de ti mismo, hasta que los datos no dejen lugar a dudas". Pero ni con ésas. Cuánta razón tenía mi paisano Juan Remache, porque, tal y como comentaba el poeta inglés Alexander Pope, "el que dice una mentira no sabe qué tarea ha asumido, ya que estará obligado a inventar veinte más para sostener la certeza de esta primera".

La Lupe, cantante cubana de boleros, tarareaba verdades como puños y no se atragantaba con las espinas del pescado (Cipriano Pellejo dixit). Nuestro Falete la imitó por bulerías: "Igual que en un escenario,/ finges tu dolor barato,/ tu drama no es necesario,/ ya conozco ese teatro".