Uno de los fieles que se congregaban ayer para ver al Cristo de la Victoria aseguraba que "no se pusieran tristes por la lluvia porque eran las lágrimas de los que no podían estar ayer en la iglesia". Así, el cielo lloró por todos ellos toda la mañana y amenazó con dejar sin salir a la imagen del Cristu benditu por decimosexta vez. La tarde fue más benévola y aunque poco, asomó a la calle para saludar a los centenares de feligreses que ayer se desplazaron a Serradilla para celebrar el 375 aniversario de la llegada de la imagen a la localidad cacereña.

La previsión meteorológica que auguraba mal fario no pudo someter al fervor por el Cristo. El obispo de Plasencia presidió la misa de celebración. Entre los actos previos a la salida de la mañana --que fue suspendida por las inclemencias del tiempo-- tuvo lugar la actuación de la Agrupación musical de la Sagrada Cena de Plasencia. Antes de las marchas cofrades de la banda placentina, se produjo la imposición de los estandartes de varias hermandades, y de manera ordenada se permitió el acceso a la imagen del cristo a todos los fieles, algo que se prolongó debido a la gran afluencia. Entre los asistentes, la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, y el alcalde de Plasencia, Fernando Pizarro.

La localidad estaba engalanada ayer con arcos florales para recibir a su Cristu , que ya llevaba en la localidad desde el miércoles. Hoy, a las 11 horas tendrá lugar la procesión de subida de la imagen al santuario. La celebración con motivo del Cristo de la Victoria se prolonga desde el día 7 de abril y el pasado viernes concluyó el novenario.

Cabe destacar que el Cristo de Serradilla es una talla de madera policromada que esculpió el madrileño Domingo de la Rioja en 1635 para agradar el encargo que le hizo la beata Francista de Oviedo. La escultura llegó al convento de Agustinas Recoletas de Serradilla el 13 de abril de 1641.