El Festival de Folclore Villa de Monroy fue el encargado de cerrar la Semana Cultural Santa Ana, celebrada en la localidad monroyega. El evento estuvo organizado por la asociación folclórica local, Recordanzas, y contó con las actuaciones de diferentes agrupaciones folclóricas. El público pudo disfrutar de las actuaciones de la escuela infantil Recordanzas, el grupo folclórico Porque Semos Pardos, de Parla (Madrid), y de la agrupación de Coros y Danzas La Serrana. Las intervenciones de los diferentes grupos se estructuraron en dos partes, para de este modo poder mostrar al público asistente los diferentes bailes, así como las indumentarias tradicionales de las comarcas.

El grupo folclórico local comenzó la primera parte de su actuación estrenando vestuario: un nuevo traje de verano inspirado en cuadros costumbristas de pintores extremeños. Durante la segunda parte, Recordanzas lució la indumentaria típica de la localidad. Asimismo, la asociación folclórica recreó las conocidas verbenas de agosto y fue la encargada de clausurar el festival folclórico, a la vez que daba por finalizada la semana cultural de la localidad de Monroy.

Por su parte, el mercado medieval fue el encargado de ambientar, ayer sábado, la localidad monroyega. Tuvo lugar en el castillo de Monroy, el cual dotaba al espectáculo de un notable ambiente medieval. Asimismo, se decoró la fuente de la plaza y se adornaron odo los balcones con los escudos nobiliarios de algunas de las familias.

El mercado se inauguró con un gran desfile realizado por las personas caracterizadas que participaban en el mismo. A continuación, los actores pasaron a ocupar su lugar en la gran variedad de puestos que se encontraban instalados en la zona.

Entre los personajes medievales representados destacaron las adivinas, lavanderas, los pedigüeños, bufones, cortesanos, damas y nobles, jinetes, cazadores y comerciantes. Todo ello estuvo amenizado con música y canciones de la época.

El público asistente también pudo disfrutar de la degustación de productos de la localidad, encabezados por el jamón, la panceta, las migas, el vino, y una gran variedad de dulces típicos.

Asimismo, el mercado medieval contó con un expositor que mostraba gran diversidad de libros regionales, los cuales se vendieron casi en su totalidad.