Vicente. Sin duda, una persona maravillosa que se nos ha marchado a sus 91 años y que ha constituido todo un referente cultural en Segura de Toro, en la comarca del Valle del Ambroz y en muchos pueblos de Extremadura y Salamanca.

Era y será siempre un artesano de la piel, del cuero y la madera, con su buen hacer con los morrales de los ganaderos, los collares y arreglos de campanillos, las cuernas, los zajones y todo tipo de utensilios que se manejan en torno al campo y al ganado.

A todo este buen hacer cultural hay que unirle su gran sentido del humor. Rara es la persona que no se reía con los chistes y chascarrillos, con Vicente...

... Eterno Vicente

Nunca olvidaré aquellos viajes andando y a caballo cuando llevábamos las vacas, unas 40 reses, de Segura de Toro a Torremenga de la Vera, entre 1973 y 1985. Todos los años el Día de Reyes nos poníamos en camino, muchas veces con agua y nieve.

Eran dos jornadas muy emocionantes e inolvidables, con Vicente al lado de mis hermanos Jalique, Dado, Alfonso y yo, todos muy jóvenes en aquellos años. Vicente siempre a la cabeza del ganado indicando los caminos que él conocía de maravilla.

Pasábamos la noche en el Valle del Jerte, siempre junto al Mesón del Petronilo, en una caseta llena de heno donde nos acostábamos y no parábamos de reírnos con las cosas de Vicente.

Su vida era sencillamente apasionante. No le hicieron falta grandes discursos ni escribir grandes libros. Lo que nos hace ser importantes es la naturalidad de las gentes sencillas. Sin el campo no somos nadie.

Un abrazo inmenso a sus familiares y en especial a sus hijas María Antonia y Viti. Deciros a las dos que he sido testigo de todo lo que habéis luchado, desde muy jóvenes, en la vida.

Descansa en paz querido amigo Vicente, y muchas gracias por haber compartido con mi familia tantos momentos agradables.