El sector hostelero moralo repitió, como cada año, sus fiestas en honor a Santa Marta, su patrona. Los festejos comenzaron a las once de la mañana con una misa en la iglesia de San Andrés y siguieron con el tradicional reparto de limonada y dulces típicos en la calle peatonal.

En total han sido 80 kilos de dulces, entre los que destacan rosquillas, perrunillas, mantecados o floretas, y aproximadamente 300 litros de limonada repartidos entre los viandantes que pasaban por el lugar. Los hosteleros continuaron con una parrillada en la que asaron todo tipo de carnes, acompañada de numerosos aperitivos ibéricos en una finca cercana a la localidad. La comida estuvo amenizada por tres vaquillas y juegos como las carreras de sacos.

Por la noche tuvo lugar una cena de hermandad en la que se entregaron una serie de placas conmemorativas a algunas personas por su trayectoria en el gremio y en la que se sortearon regalos. La fiesta finalizó con un baile en el campo de fútbol, animado por la orquesta Solera, donde se eligió a miss y mister Santa Marta 2005.