TTtanto la clase política como la sociedad nos empeñamos en continuar hablando de ideologías: derechas, izquierdas, conservadores, progresistas- Pretendemos seguir manteniendo aquel espíritu ideológico que revolucionó la sociedad de principios del pasado siglo. Quizá entonces, las ideologías tuvieron su razón de ser. Fue interesante, y hasta necesario, aquel atractivo intento de cambiar el mundo.

Sin embargo, hoy día nuestra sociedad es otra cosa muy distinta, aunque es cierto que aún siguen existiendo muchas desigualdades, sobre las cuales el poder político tiene un mínimo margen de maniobra.

La teoría ideológica, en la actualidad, es solo eso, teoría: la historia reciente nos demuestra que en la práctica todo cambia o las circunstancias te lo hacen cambiar. La sociedad occidental está dominada por la globalización económica, que, con una fuerte estructura de poder global, influye, por no decir, decide profundamente en la política.

El poder económico globalizado, en cuyas reglas de juego estamos involucrados los países occidentales, impide la libre determinación de medidas políticas o sociales fuera de esas reglas de juego; y, lo peor, es que de ese poder, de esas estructuras económicas, dependen hoy por hoy nuestros medios de vida como son el trabajo, el dinero, el consumo y la vivienda, etc.

Por lo tanto, pregunto: ¿qué margen de maniobra tienen las políticas a la hora de tomar medidas? Creo que muy poco.

En la mente de todos tenemos ejemplos de políticos, que, una vez alcanzado el poder, se han visto obligados a modificar sus programas porque las cifras macroeconómicas así se lo exigían: medidas impuestas por el poder financiero. Este es el aro por el cual todos los gobiernos, de cualquier ideología política, deben entrar si quieren seguir perteneciendo a la mesa común.

Por todo ello y como conclusión: las ideologías se quedan en la teoría política, ya que en la práctica, el Estado está sujeto a un poder superior: la globalización económica.