Como los anuncios de perfumes, cava y los lazos rojos, cada Navidad, Cruz Roja Navalmoral realiza su campaña de recogida de juguetes para que ningún niño del municipio "se quede sin regalos", explicó la directora de Cruz Roja Juventud, Silvia Pablos Sánchez.

La iniciativa, que está consolidada en el municipio, rescató el año pasado la tradición de convertir a los voluntarios de este colectivo en los reyes de oriente para entregar los lotes de juguetes a las familias con menor poder adquisitivo. Una práctica que volverá a repetirse estas navidades, según señala la directora del proyecto.

Hace años, los voluntarios se encargaban de ir casa por casa llevando los regalos. El incremento del número de familias que solicitan la ayuda así como el descenso del personal para realizar estas tareas, al desaparecer los objetores de conciencia, han obligado a que sean los propios padres los que se desplacen a la sede.

La pasada campaña Cruz Roja consiguió que 150 niños tuvieran su lote de juguetes. Bolsas grandes que preparan teniendo en cuenta el sexo y la edad de los niños a los que van destinados. "No ponemos los nombres", apunta Eduardo Juliench, presidente de la delegación en Navalmoral. En cada lote se intenta que, al menos, "esté incluído un libro y un juguete educativo", y además se separan los que tienen un contenido sexista o bélico. "El donativo estrella son los peluches y las muñecas", añade.

Mayoritariamente estos regalos proceden de particulares, aunque en ocasiones entidades de la comarca del Arañuelo o grupos de escolares se solidarizan con la causa, aportando esos juguetes que ya no utilizan y que tienen abandonados en sus casas.

A primeros del mes de diciembre, Cruz Roja Navalmoral inició su campaña de recogida de juguetes. Por el momento tan sólo se han inscrito diez familias para acogerse a esta ayuda, aunque el plazo finaliza el próximo 31 de diciembre.