Jarandilla de la Vera se prepara para celebrar el sábado, día 7, una multitudinaria edición de la fiesta de "Los Escobazos", declarada de Interés Turístico Regional, y con la que espera quintuplicar su población gracias a la gran afluencia de visitantes.

La coordinadora de la Universidad Popular de Jarandilla, Elena Cañadas, destaca que el hecho de que el grueso de las celebraciones caigan este año en sábado, unido al largo puente en el que se enmarca esta fiesta, harán de la edición de 2013 una de las más visitadas de la región.

"La previsión del tiempo es inmejorable y la gente tiene muchas ganas de fiestas económicas, una combinación que hará seguro que los algo más de 3.000 habitantes de la población se conviertan en unos 15.000", indica Cañadas.

No en vano, "Los Escobazos" reúne todas las vísperas de la festividad de la Inmaculada Concepción a miles de visitantes que son saludados con escobones en llamas como símbolo de alegría y agasajados con vino por los vecinos, siguiendo así la costumbre de cordialidad de este día.

El Ayuntamiento de Jarandilla de la Vera ofrece, dentro del programa de actos y durante la mañana del día 7, la posibilidad a todas aquellas personas que lo deseen de visitar los lugares donde habitualmente se ubican las hogueras -plazas de la Constitución, Nueva, Sopetrán, San Agustín y Cuesta los Carros- y asistir como observadores a la elaboración de las mismas.

El consistorio jarandillano pretende así que "Los Escobazos" no se celebren únicamente a partir del anochecer, sino que durante todo el día grande de la fiesta y los que le preceden haya actividades complementarias.

Sin embargo, es al llegar la noche del 7 de diciembre a la madrugada del día 8, cuando Jarandilla de la Vera está en ascuas material y espiritualmente, ya que las hogueras comienzan a encenderse desde el atardecer, hasta pasada la medianoche y bien entrada la madrugada.

En los sitios más estratégicos del municipio arden inmensas llamaradas en honor a la Virgen de la Inmaculada, aunque quizá los momentos más interesantes de esta fiesta sean la reunión de los vecinos con escobones en la plaza Mayor y la salida en procesión del estandarte de la Virgen desde la Iglesia, entre caballerías y escobas luminosas.

La procesión recorre diversas calles de la población hasta llegar a la ermita de Nuestra Señora de Sopetrán, patrona de Jarandilla, donde prende la fogata mayor de la noche

Cada jarandillano quema cuatro o cinco escobazos durante este festejo, sobre cuyos orígenes existen diversas leyendas, entre ellas la que rememora la norma que antaño tenían los pastores de la zona de intercambiar escobazos como muestra de alegría saludo jubiloso, tras largas temporadas de duro trabajo en la sierra sin visitar la localidad y sin verse.

Otras opiniones apuntan la posibilidad de que estas celebraciones sean derivaciones de un auto de fe, tan comunes en la comarca verata siglos atrás, y como forma usual de agradecer a la Virgen de la Inmaculada su protección una vez finalizadas las faenas agrícolas del otoño.

El Ayuntamiento ha elaborado un tríptico en el que se ofrecen varios consejos a los visitantes para que puedan disfrutar de la fiesta sin ningún tipo de peligro.

Así, se recomienda vestir ropas viejas y de tejidos no inflamables, cubrirse la cabeza, cuello y manos para evitar quemaduras en estas zonas sensibles, y no golpear con los escobones encendidos en zonas altas de cuerpo ni a las caballerías.