TAtsí es como me pareció la gala de los Goyas. ¿Qué otra cosa se podía esperar? Una auténtica ratonera en la que el ministro nunca debió meterse. Ya el inicio presagiaba el final. No veía la gracia de la señorita con risa histriónica y voz burlona preguntando al ministro por su familia.

Lo más sorprendente fue oír al director de la Academia decir que el cine español no era de la ceja- ¡Pero si hemos visto por activa y por pasiva, queriendo y sin querer, como los actores se colocaban el dedo haciendo la forma de la ceja por encima del ojo! ¿O es que lo que vimos no lo vimos? Sí, señor director, son los de la ceja pura y dura, los que se manifiestan y reivindican cuando el Gobierno no es de su cuerda. ¿Quiénes son ellos para no tener que colaborar con el resto de los españoles para salir del atolladero? Más bien me parece a mí, es que todavía no acaban de asimilar que sus amados camaradas ya no están en el Gobierno, y eso de tener que rozarse con otro de ideología distinta les causa repelús.

Mensajes contra los recortes, a favor de la sanidad, contra el paro... De la ceja pura y dura, señor director. El ministro debería plantearse volver a meterse en ese antro de subvencionados, titiriteros de medio pelo que se cree el centro del mundo. A reírse... ¡De su padre, señorita! y ver cine, cualquiera menos el español.

* El autor de este artículo es Mario López, vecino de Alía.