El libro Cásate y sé sumisa , de la periodista italiana Constanza Miriano , tiene garantizado el éxito en España. Por dos razones combinadas: el propio título, Cásate y sé sumisa , y el hecho de que lo publica la editorial Nuevo Inicio, del arzobispado de Granada. Por separado, ni título ni editorial estarían hoy en el candelabro Mazagatos de la polémica (que era el propósito). Es decir: de no venir auspiciado por la Iglesia, el título no sería más que un título políticamente incorrecto, como hay tantos. Y la editorial, por su parte, seguiría como hasta ahora, publicando para sí y los suyos.

Sin embargo, ha bastado la combinación religión/sumisión, por lo demás tan natural, para poner el grito del escándalo en el cielo mediático y exigir bobamente la retirada del libro, ignorando que retirarlo es propagarlo, del mismo modo que ahora señalarlo es publicitarlo.

Ha bastado eso y, evidentemente, la corrección política. Aparte ateos, agnósticos, laicos, que podrían tener motivos, el escándalo realmente lo ha sido para los principales partidos políticos.

Así, en lugar de la indiferencia que el libro merece, unos han pedido al arzobispado que rectifique y otros han instado a que se investigue si se trata de apología de la violencia contra la mujer. ¿Para qué más publicidad? Si en Italia ha sido un best seller, con 70.000 copias vendidas, en España lo han convertido en escándalo, para mayor gloria de la autora y, por supuesto, de la Iglesia.

Y es que para escandalizar(se) de oídas, sin necesidad de leer el libro, se precisaba poco: un título a partir de una cita bíblica ("Las mujeres, que se sometan a sus maridos", San Pablo , Ef. 5, 2a. 21-23), una autora que se presenta como "casada, católica y sumisa" y una editorial cuyo director es el arzobispo de Granada, conocido por su desgraciada opinión sobre la responsabilidad de la mujer en los casos de maltrato. El resultado es que el libro, en efecto, es lo que su título anticipa: una necedad. Pero es que la necedad se ignora.