Bajo un cielo que amenazaba lluvia y con atuendos inimaginables en la época medieval, como son los plásticos para proteger del agua los tenderetes, comenzó ayer el Mercado Medieval de Trujillo, patrocinado por el consistorio de la ciudad. Y es que no siempre llueve a gusto de todos, puesto que a pesar de que en la comarca trujillana se necesita agua, los tenderos, organizadores y visitantes esperan que, por lo menos, mientras se celebre este evento, las nubes cargadas de agua respeten la actividad.

No obstante, a pesar de las posibles inclemencias climatológicas, la plaza Mayor de Trujillo ha servido como escenario para dar cobijo a los 70 artesanos y puestos gastronómicos que forman este mercado medieval que se prolongará hasta este domingo.

Tenderetes artesanales muy distintos entre sí, como los de bisutería y libros en miniatura, junto a bodegas, atracciones hechas de madera y talleres demostrativos, dan color a un "lugar incomparable; aquí no hace falta adornos, el sitio es excepcional para llevar a cabo una actividad de este tipo", afirmó Siddhatha García, un artesano argentino que trabaja "en vivo" en este mercado realizando diferentes adornos y complementos.

Según explicó el presidente de la Asociación Nacional de Artesanos y Antiguos Oficios (Anayao), Gerardo Martín, esta edición "está volcada hacia los niños", con la puesta en marcha de talleres demostrativos, como por ejemplo de barro y madera. Además, "hay infinidad de atracciones, cuentacuentos, marionetas", entre otras muchas más actividades. Todo ello, está amenizado por personajes típicos de la Edad Media, como trobadores, mendigos, pedigüeños, zancudos, junto con teatro de calle y ambientación musical.

El mayor número de visitantes de esta iniciativa se espera que lleguen a partir de hoy, aunque, ayer, primer día de este mercado, tampoco faltó público, sobre todo de la propia localidad. El principal foco de interés eran artículos curiosos como los productos de un puesto de libros en miniatura "totalmente legibles", como El Quijote , todos realizados artesanalmente.

Tampoco faltaron los artesanos trujillanos, como los responsables del taller de encuadernación y el de cerámica del Centro Especial de Empleo de la Asociación Plataforma Sin Barreras, que estos días expone una colección del neolítico compuesta por 150 piezas de barro y pinturas rupestres de Logrosán, según informaron responsables del taller.