Pudo ser peor. Ese es el balance que hace el primer teniente de alcalde, José D. Pascual, cuando se le pregunta por la inundación que sufrieron varias céntricas calles de Navalmoral la tarde del pasado lunes.

Entre las 19 y las 20 horas aproximadamente de ese día, se convirtió prácticamente en imposible transitar por algunas vías moralas e incluso cruzar un punto de la calle Antonio Concha para llegar a la peatonal. Las intensas lluvias que cayeron desde primera hora de la tarde provocaron que el arroyo El Molinillo, que procede de la parte este del municipio, no pudiera entrar a su canalización habitual y corriera por la superficie.

"En la presa de El Molinillo -situado en la zona del barrio del mismo nombre-, en las rejas que dan acceso a la canalización del arroyo se produjo, por la última tromba de agua, un depósito de material vegetal que taponó la entrada a la canalización y arroyo saltó", resume Pascual. Esto provocó que el agua siguiera su curso habitual por la calle de Las Minas y Jorge Moro, e incluso alcanzara momentáneamente algunos puntos de la transitada calle Genero Cajal. "La canalización de Antonio Concha funcionó e impidió que siguiera por Genaro Cajal", apunta.

De ahí la ´alegría´ del edil, porque si esa vía, que es una de las arterias principales de Navalmoral, se inunda todo hubiera sido un caos. "Si no hubiera estado todo controlado hubiera sido desastroso", corrobora. Y es que, Pascual aprovechó para reconocer el trabajo de Urbaser, "que está haciendo una inspección a todos los arroyos", y de la cuadrilla municipal, "que vigiló esa presa por la mañana". El problema, provocado por la tromba de agua y un suelo incapaz de absorber más, se solucionó en unos 50 minutos y el consistorio ha arreglado la situación definitivamente separando la rejilla de la boca de canalización.