El mal estado de los olmos que estaban ubicados en la avenida de Miajadas ocasionaba un rebrote descontrolado y explosivo que causaba daños en las viviendas colindantes y en la vía. Estaba dando lugar a la rotura de los bordillos de los alcorques y a la fragmentación del acerado, produciendo daños en el pavimento, además de disminuir la visibilidad ya que muchos estaban sembrados en el mismo lugar que las luminarias.

En definitiva, se trata de una especie de árbol que por su elevado porte ocupaba un ecosistema desfavorable tanto para su especie como para los ciudadanos. La alternativa de eliminar todos los olmos se ha tomado porque la única forma eficaz de erradicar la galeruca es eliminando el árbol que alberga a los escolítidos causantes de la enfermedad.