Nos quejamos de la crisis actual... pero si nos paramos a pensar, llegamos a la conclusión de que siempre hemos estado en crisis. Menos cuando Aznar puso los pies encima de la mesa del zoquete presidente de los EE UU, George W. Bush , haciéndonos creer que nos encontrábamos entre los países más ricos y avanzados del mundo, la crisis siempre ha estado con nosotros, incluso entonces- también. Tanto o más, hasta el punto de que uno y otro, Aznar y Zapatero , supieron zafarse de lo que ya caía.
Pero no hablemos de crisis anteriores. Hablemos de la nuestra, en La Vera, la que hemos conocido. A mediados del siglo pasado. Los pueblos empedrados, sucios y oscuros, calles mal iluminadas de noche por unas bombillas de luz mortecina, el tufo de los braseros, las casas heladas y sin calefacción y una especie de neblina que inundaba de humedad el ambiente... y el pan moreno con aceite, pies descalzos o con alpargatas, gente pedigüeña, sin televisión, si acaso una radio, los que la tenían- Eran los coletazos de la hambruna de postguerra, cuando se abrieron las puertas de Europa y muchos compatriotas tuvieron que emigrar.
Quizás, más que crisis lo que padecíamos era una crítica pobreza, que nos llevaba al fin y al cabo a la crisis, a una situación de resignación solidaria. Recuerdo que por el año 1970 un alcalde de Jerez de los Caballeros me comentaba: "¿Para qué vamos a soliviantar a nuestros jornaleros del campo si son felices como están?", y lo decía con buena voluntad. Conocí a algunos jornaleros, porqueros, que vivían perdidos en medio de la dehesa en chozas de una sola estancia, con cuatro o cinco hijos, sin luz, ni agua, ni servicios, nada- Esa era la solidaridad que existía. Y lo curioso es que era verdad, aquellas personas eran felices, pero era la felicidad de los "benditos".
Y me pregunto: ¿Es esa la situación a la que quieren llevarnos los gobernantes de hoy? ¿Es esa felicidad de los benditos a la que nos vemos abocados, con un "desahucio" total de nuestras necesidades más perentorias?. ¡Maldita crisis y malditos-!
