Somos un grupo de trabajadores de Miajadas. Llevamos una tienda Dia Market. No hace todavía un año que abrimos. Juntamos nuestros ahorros y de nuestros padres para abrirla con la cadena Dia y así tener un trabajo y afrontar la crisis. Los directivos nos aseguraron el porcentaje de beneficio que íbamos a tener para que pudiera ser rentable. Nos aseguraron también un excelente asesoramiento. Nos hablaron de beneficios y ayuda. Les creímos y juntando todo el dinero, más de 30 millones de las antiguas pesetas, abrimos con la franquicia.

Desde que empezamos hace ya 9 meses solo hemos tenido pérdidas. Sí, solo pérdidas, un mes tras otro. Las cuentas no salían y no sacábamos para los gastos. Los obreros no hemos cobrado nada. Hemos trabajado dia, tarde y noche con horario continuado. Las jornadas se hacían interminables. Y así un día y otro día. También hemos trabajado fiestas y domingos. Y aún así las cuentas no salían. En Miajadas hay un Maxi Dia. Nos dijeron que la diferencia de precios entre la Market y la Maxi Día era insignificante, que no habría problemas, que no afectaría en absoluto al rendimiento de nuestra tienda. Ahora vamos a cerrar, después de haber juntado todos nuestros ahorros. Ahora vamos a cerrar porque el pez grande se come al chico.

Las diferencias de precio entre los mismos productos del Maxi Dia con nuestra tienda es abismal. Las personas que vienen a nuestra tienda, tenemos más de 9.000 clientes al mes, solo compran las cuatro cosas que están en ofertas y luego se marchan al Maxi Dia a hacer la compra grande. Junto a las ofertas nuestras ellos tienen unas súper-ofertas más atrayentes. Nuestros clientes se quejan de las diferencias de precios en los mismos productos y piensan que somos nosotros los que ponemos los precios más caros.

Hemos hablado con los supervisores en muchísimas ocasiones explicándoles la situación. Tranquilos, nos dicen, esto solo es el principio, hay que tener paciencia... y así nos iban aconsejando y al mismo tiempo nos decían que hay que pedir camiones enteros y que la tienda esté hasta arriba de mercancía. Casi siempre nos mandaban referencias que nadie había pedido y había que pagarlas y venderlas.

En la última reunión que hemos tenido les hemos pedido la posibilidad de equiparar los precios porque así lo solicitan nuestros clientes y más en estos momentos tan dolorosos de crisis que apenas se tiene para comer. Les hemos preguntado por qué esta competencia tan desleal entre unos y otros, por qué esta guerra sucia en los precios siendo la misma cadena y por qué no podía haber una mayor igualdad en los precios siendo el mismo producto y misma cadena. Nos han dicho que equiparar los precios es una locura y que eso sería nuestra ruina. La ruina ha sido la nuestra por haber confiado en ellos. Hemos perdido nuestros ahorros, nuestro trabajo y mucho más: hemos perdido como personas, pues nos han tratado como un pez chico al que se le puede devorar.