Montehermoso es popular, su tipismo reside en que sus gentes han sido las elegidas para vestir el folclore extremeño. Esta particular población, bañada por las aguas del Alagón, descansa sobre un terreno ondulado, donde asoman lugares como la Barrera del Bronco, el Carpio, la Barca, Zanquito o Perdiguero.

Los primeros pueblos que recalaron en estas tierras se remontan a miles de años antes de Jesucristo, en el Pleistoceno medio, luego llegarían vettones, celtas, romanos, musulmanes y, finalmente, cristianos. Entre los grandes señores que moldearon la actual Montehermoso mencionamos a la saga de los Manrique de Lara y Luna y a los Condes de Montehermoso.

De la historia contemporánea, el nacimiento del plan de regadíos del pantano de Gabriel y Galán supuso un enorme empujón económico que quedó reflejado en el incremento de la población entre 1930 y 1970 y que le permite seguir viviendo de la agricultura y la ganadería. En Montehermoso se ubica Acenorca, una de las mayores cooperativas de la región que nació para paliar la bajada de precios en la aceituna de mesa, o de aderezo, y que hoy recoge una buena parte de la cosecha extremeña de la variedad de aceituna cacereña. Actualmente comercializa estos productos en el mercado nacional e internacional.

En este pueblo blanco destaca la iglesia de la Asunción, un edificio rectangular de cantería con una sola nave y con el presbiterio de forma poligonal. Cerca del pueblo aún se conservan restos romanos, enclavados en la calzada romana que enlaza Coria con la Vía de la Plata pasando por Montehermoso. Llaman la atención sus numerosas ermitas, construcciones barrocas de los siglos XVII y XVIII (Virgen de Valdefuentes, San Bartolomé, San Sebastián, San Antonio, la del Cristo Bendito o La Atalaya, dedicada a Santiago Apóstol).

Dentro de la artesanía popular, el gorro de Montehermoso es una de las prendas más conocidas dentro y fuera de la región, tanto es así que se ha creado toda una industria artesanal. Fue una montehermoseña, Máxima Hernández García, quien adaptó en los años 30 el antiguo gorro y creó el actual. Junto a este gorro el vestuario tradicional de Montehermoso es también el más representativo de la región; el del hombre es muy parecido al resto pero con más adornos y el de la mujer, que por su vistosidad, es único en Extremadura y ha popularizado las típicas muñecas que se venden ataviadas con los trajes regionales de España. La fabricación de campanas de bronce, cencerros y campanillos, la cerámica y la alfarería, junto a los telares completan la actividad artesanal de Montehermoso.