Dos palmeras y un banco han desafiado al paso del tiempo y es lo que lo queda de una de las pistas de baile de la marcha morala de los años sesenta. Pertenecían al club Las Palmeras. En la actualidad están abandonadas y el banco en el que muchos jóvenes moralos hacían un receso para continuar moviendo el esqueleto, aparece ahora desconchado y repleto de pintadas que lo echan totalmente a perder.
Por aquél entonces, los jóvenes acudían a este lugar de encuentro, que sólo abría sus puertas en verano, los sábados y los domingos desde las 9 o 10 de la noche hasta las 3 de la madrugada; todo para escuchar música de orquestas que solían venir de Jaraíz o de Plasencia y que "deleitaban con mambos, tangos o chachachás", como recuerda Alejandro Rodríguez, miembro del dúo Venus, que hacía sus pinitos con el micrófono.
Las Palmeras era un lugar que podía llegar a acoger hasta 300 personas, tenía forma cuadrada con una barra a la izquierda. Pocos años permaneció abierta, ya que se inauguró en el 64 y cerró en el 68.
De la misma época, del 64, era también el Higuer Club, cuyo nombre hacía honor a las 20 higueras que decoraban la pista de baile. este club se encontraba cerca de la tabacalera, próximo al bar Miambi y en este caso a los jóvenes les costaba más ir por la lejanía del lugar. No coincidieron en el tiempo con la pista de baile Las Vegas, que cesó de funcionar antes de que estas dos clubes se inaugurasen. Esta discoteca de verano "la visitaban gente de todo tipo, incluyendo matrimonios adultos, sobre todo de 40 años", como rememora Rodríguez. Las Vegas se ubicaba a la salida del pueblo, cerca del Instituto Augustóbriga. Por aquél entonces solo estaban construidas las escuelas Conchas.
Sólo en invierno
Existían pistas de baile en Navalmoral de la Mata que sólo abrían en invierno, como Iris. Un local de pequeñas dimensiones con cabida para unas 150 personas que se encontraba en el piso superior de un taller mecánico de los hermanos Pajares. Aquí contrataban a músicos locales, por ejemplo la orquesta del Tío Perales y del Tío Zamora.
