Ponerse en pie es cada día un suplicio para Vicente Saavedra. Hace más de un año, este vecino de Miajadas acudió al médico de cabecera por un dolor en el dedo gordo de su pie derecho. Tenía un uñero, una infección en la raíz de la uña, y el facultativo le recetó entonces antibióticos. «Aquello no mejoraba así que el médico decidió enviarme al especialista», cuenta. Tras seis meses de espera llegó la cita con el traumatólogo que le comunicó que la única solución a su problema era una intervención quirúrgica. «Eso fue en junio, me dijo que era una operación preferente, que me llamarían en una semana o así pero han pasado ya más de cinco meses, sigo sin tener noticias y el dedo continúa empeorando. Hay puntos en los que ya no tengo sensibilidad y temo perderlo por el tiempo de espera». Vicente sabe que todavía está dentro de los límites fijados por la Ley de Tiempo de Respuestas del SES para poder reclamar ante el Defensor del Usuario, -180 días antes de derivar al paciente a la sanidad privada- pero él garantiza que su intervención tenía carácter de urgencia: «el especialista me dijo que era preferente, pero aún no me han llamado para nada». Desde el SES dicen que Vicente lleva 4 meses esperando y no consta que tenga fijada una operación prioritaria, apuntan. «Llevo más de un año tomando antibióticos, lo dejo algunos días porque es malo. Cualquiera que ve el dedo se lleva las manos a la cabeza, no puedo trabajar y necesito una respuesta ya», reclama.