Las nuevas tecnologías se imponen en las aulas. La incorporación de novedosas herramientas para el profesorado como la pizarra digital o una web en la que comunicar a los padres la ausencia de un alumno empieza a ser una realidad en los centros cacereños. En el colegio María Auxiliadora, junto a la avenida de la Hispanidad, el futuro pasa por la desaparición de las pizarras convencionales. Es el primer centro de la ciudad que arriesga al invertir 12.000 euros en tres pizarras digitales, que hace pocas semanas están aprendiendo a utilizar docentes y alumnos.

Una visita a una clase de segundo de ESO presenta ya más ambiente de minicine que de aula convencional. Donde antes había tiza y borrador de madera, ahora los escolares encuentran rotuladores electrónicos para escribir sobre una pantalla digital, navegar por internet y utilizar el Power Point para exponer trabajos.

Pero éste es sólo uno de los usos que ofrece este nuevo sistema de aprendizaje, que permite al profesor utilizar programas informáticos específicos para cada asignatura o conectarse a internet para ilustrar a sus alumnos sobre un contenido concreto. Pedro Galán, profesor del colegio María Auxiliadora, acaba de empezar la clase de Lengua. En la pizarra digital aparece un crucigrama en el que los alumnos tienen que descubrir adjetivos. Se levantan, ponen la mano sobre la pantalla y la arrastran para señalar la palabra. Un sonido les dirá si han acertado. "La pizarra tiene muchas aplicaciones según el nivel. En Secundaria es distinto a Infantil o Primaria porque ahí el alumno toca más los colores o escribe más. En Secundaria manipulan sobre todo internet", explica este docente con 20 años de experiencia.

Medio más atractivo

Los alumnos se mueven con soltura cuando manejan la pantalla, que ocupa el lugar donde antes había un encerado. A Beatriz Yáñez, de 13 años, le gusta este invento porque puede utilizarlo como si fuera su ordenador: "La clase es más divertida que antes. Puedes ver las páginas web que el profesor te enseña para hacer los trabajos y luego hacer lo mismo en casa", asegura.

Pero las aplicaciones de la informática a la enseñanza también sirven para paliar el absentismo escolar. En el instituto El Brocense, con un índice del 10% y 800 alumnos, los profesores pueden pasar lista desde su ordenador. Una aplicación informática permite que aparezcan en una pantalla las fotografías de todos los alumnos que deben acudir ese día a clase o la justificación en caso de que no lo hagan. Un simple click hace que esa información llegue al tutor o al jefe de estudios, aunque el sistema supone también que los padres tengan acceso, mediante el DNI del alumno y su número de expediente, a los mismos datos en la web www.elbrocense.net . "Se transmiten de manera instantánea a los padres. No tienen que esperar a que les llamemos si su hijo hace novillos", afirma María Isabel Terrés, directora del instituto, que añade que "lo más importante es que se hace en tiempo real".

Las ventajas de este sistema permiten también la consulta on line de las calificaciones de los alumnos cada trimestre. No hace falta esperar a que éstos lleguen con el boletín de notas a casa para saber cómo han respondido: "A medida que vamos sacando las calificaciones se van colgando en internet".

La utilidad de la web también está enfocada a ahorrar tiempo en los trámites administrativos, ya que permite consultar toda la información relativa a plazos de solicitud de plaza, matriculación y calendario de evaluaciones. Todos los ordenadores de los 98 profesores del instituto están conectados entre sí, lo que posibilita la consulta y el envío de mensajes durante las horas de trabajo.

En la pantalla de María Isabel aparece un aviso pendiente de leer. Podrá contestar a cualquier profesor que esté en otro pabellón del centro sin necesidad de moverse del asiento. Mientras tanto, en una clase de inglés los alumnos comparten un ordenador por cada dos. La profesora ya ha pasado lista y sabe qué tienen los jóvenes en pantalla para seguir la asignatura. Son los nuevos tiempos de la enseñanza.