El escenario, un patio jardín de su vivienda en la calle El Brocense de Malpartida de Cáceres, donde Casto Castela Leal expone su Odisea , una obra que recoge muchos recuerdos vividos por el autor en su niñez. Malpartideño, pero afincado en Madrid durante algún tiempo, perdió su brazo izquierdo en un accidente laboral cuando tenía 23 años. Después del suceso comienza una andadura de autoestima personal ayudado por un buen amigo para introducirse en el mundo del arte.

Creador e imaginativo, Casto no ha tenido suerte para llegar a recibir subvenciones de las instituciones. Todo el trabajo ha sido suyo, con la ayuda de Julia su mujer, exponiendo sus obras al aire libre y convirtiendo el recinto familiar en una especie de isla, creando de un berrocal la figura de un elefante, una jaula y dentro de ella una muñeca, representando un espacio aislado, además de un mástil en forma de vela, queriendo mostrar historias de barcos, viajes de Ulises y de la vida, con la luz que nos alumbra.

Tampoco faltan recuerdos de su niñez vividos en Malpartida demostrando, además de creador ser un observador nato, porque dentro del escenario natural mueve su incesante creatividad para rememorar viejas tradiciones malpartideñas, cántaros y barriles de barro utilizados en tiempos pasados por hombres y mujeres para traer agua a sus casas y realizar labores agrícolas-ganaderas de los pozos que circunda el casco urbano. En referencia a estos eventos artísticos Casto señala "que la Odisea estaba pensada hace mucho tiempo, pero no para desarrollarla aquí, puesto que el espacio de mi jardín es muy pequeño, pero el deseo de hacerlo cuanto antes me aconsejó realizarla en mi casa".

De momento, la Odisea de Casto Castela está empaquetada, esperando contar en el futuro con un espacio mayor para exponerla con toda plenitud. No obstante, sigue trabajando buscando nuevos horizontes y luces más brillantes que puedan penetrar por algunas puertas, ahora cerradas a cal y canto.