La crisis del coronavirus ha acarreado más de un quebradero de cabeza a diferentes colectivos que realizaban hasta el momento una actividad comercial en la ciudad. Es el caso de los vendedores ambulantes que componían el tradicional mercadillo cada jueves, que esta semana ha reanudado su actividad con 29 puestos, principalmente de alimentación, en las instalaciones del mercado de abastos.

José Antonio Redondo, alcalde de la ciudad, ya ha alegado en varias ocasiones que, por el momento, no se pueden garantizar las medidas de seguridad pertinentes para poner en marcha el mercadillo y ha asegurado estar barajando posibilidades para su funcionamiento.

Dada la situación, la plataforma extremeña ‘Orgullo ambulante’, manifestó ayer en una concentración ubicada en el recinto ferial, su descontento por no poder ejercer su actividad, al igual que lo hace el pequeño comercio.

Así, Nicolás Cortina, portavoz del colectivo, comentó que el ayuntamiento trujillano está teniendo con ellos una actitud «beligerante» y no propone una solución real a su situación. «Nos están dando largas acogiéndose a razones de seguridad», señala.

Asimismo, la plataforma advierte una «clara discriminación a su actividad», que aún resulta más evidente cuando el alcalde ha permitido en las últimas semanas la venta exterior a los comercios que cuentan con establecimiento en la ciudad.