Julio Presumido Prieto es natural de Zarza la Mayor, aunque gran parte de su vida ha residido en Coria al ejercer de mayoral para la ganadería de Victorino Martín, con el que ha trabajado durante 26 años. En este tiempo ha vivido grandes momentos junto al ganadero afincado en Extremadura, de quien guarda muy buenos recuerdos.

--¿Cómo entró a trabajar en la ganadería de Victorino?

--A través de un amigo que fue quien me dijo que Victorino necesitaba un vaquero. Después pasé a mayoral, una responsabilidad muy grande porque estuve al cargo de las vacas en la dehesa de Coria y de los toros que tenía en la finca Monteviejo, en Moraleja.

--¿Qué evolución ha visto en este hierro?

--Cuando yo empecé había 300 vacas y cuando dejé la ganadería al jubilarme, hace cuatro años, había más de 1.000 cabezas.

--¿Cuáles son los mejores recuerdos que guarda de esa etapa de su vida?

--Cuando salí a hombros por la puerta grande de la plaza de toros de Las Ventas en el año 1982. Fui el primer mayoral que salíó a hombros en Madrid.

--¿Y los peores?

--Cuando las corridas no salían buenas. Esos momentos se vivían fatal y yo salía con la cabeza agachada, pero, afortunadamente, con Victorino he vivido más ratos buenos que malos.

--¿Cómo definiría a Victorino?

--Es un hombre muy bueno, habla con todo el mundo y es muy atento con toda la gente.

--¿Por qué cree que su ganadería ha triunfado?

--Es una ganadería muy cuidada y siempre ha estado rodeada de muy buena gente. Es un hombre que ha luchado mucho para tener todo lo que tiene. Nadie le ha regalado nada, lo que tiene ha salido de su sudor y de su trabajo. Para mi ha sido un orgullo trabajar con él.