Constituye Peraleda un importante asentamiento paleolítico, como pone de manifiesto el excepcional monumento dolménico de Guadalperal, del III y II milenio a.C. Este conjunto arqueológico se encuentra a unos cinco kilómetros, en el camino que comunicaba la orilla del Tajo con Talavera la Vieja, por lo que su cercanía a las aguas del río hace que sólo se pueda ver cuando desciende el agua del embalse de Valdecañas. Se trata de un sepulcro de gran tamaño del que se conservan 140 piedras en pie y que, se cree, era un enterramiento de carácter colectivo.

Los romanos, por su parte, también dejaron su huella en asentamientos cercanos a Valparaíso y a la Vega de Alarza, un lugar donde los monjes Bernardos, procedentes del madrileño monasterio de Valdeiglesias, fundaron en el siglo XII la granja de Santa Cruz. El convento tuvo una de las ermitas- oratorio más antiguas de la comarca, aunque se arruinó en el siglo XIX tras la desamortización. También quedó cubierta por las aguas de Valdecañas en los años sesenta.

No obstante, los restos que sí se conservan son los de Valparaíso o Lugar Nuevo, tercera localidad de la Campana de la Mata, abandonada a comienzos del siglo XVIII. Su estratégica situación, en medio del antiguo camino de Madrid a Lisboa, hizo que se la disputasen los señores de Valverde y Oropesa, quedando en manos de estos últimos. La única huella que queda de su paso por la historia es su iglesia, ahora destruida, construida a mediados del XV. La Campana era una especie de Consejo, una organización jurídico administrativa, que se puede considerar el embrión de las actuales mancomunidades, y a la que pertenecían: Navalmoral, Peraleda, Millanes, Malhincada ( población ya desaparecida) y Santa María.

ALGUNOS MONUMENTOS

Destaca la iglesia de Santa María, importante porque fue lugar de reunión de los ayuntamientos de la Campana, cuando se arruinó el primitivo consistorio; allí se decidió que había que emanciparse de Plasencia, por lo que las cinco poblaciones pasaban a tener jurisdicción y categoría de villas. Peraleda es villa desde mediados del siglo XVII, fecha en la que quedó como eje de una amplia jurisdicción, ya que alcanzó mayor progreso que el resto de pueblos.

Sus calles se conforman alrededor de una plaza semiporticada de balcones abiertos y protegidos con barandillas de madera entre las columnas que sujetan la techumbre. Sus casas son sencillas, aunque se pueden ver algunos ventanales esquinados, soportales con columnas y portalones con cubierta a dos aguas. Sobresalen también las ermitas del Cristo de la Humildad y San Vicente, la iglesia de Santiago o los puentes de Valparaíso y la Bomba.