Con una magna peregrinación hasta el Monasterio de Santa María de Guadalupe, las tres diócesis extremeñas (Mérida-Badajoz, Plasencia y Coria-Cáceres) clausuraron ayer el Año de la Fe. Numerosas personas vinculadas a distintas parroquias y movimientos religioso se dieron cita en la Puebla para honrar a la Virgen de Guadalupe, patrona de Extremadura, y poner el broche a un año intenso en celebraciones.

El acto se convirtió en un encuentro festivo y multitudinario. Comenzó a las diez y media con la acogida de los peregrinos, de todas las edades. Los niños y jóvenes participaron desde primera hora en actividades específicas programadas en el auditorio. Los adultos comenzaron su paso incesante por la basílica para saludar a la Virgen de Guadalupe y celebrar el sacramento de la Reconciliación. A las 12.30 tuvo lugar la solemne misa, y a las 15.30 un acto mariano preparado por los jóvenes.