El periodista extremeño Máximo Durán se ha propuesto rescatar del olvido la figura de Miguel del Barco (1706-1790) , un jesuita natural de la localidad cacereña de Casas de Millán y un "gran desconocido" para sus propios paisanos, a pesar de ser un hombre "muy polifacético" y un "notable" arquitecto, ingeniero, naturalista, filósofo e historiador, además de construir "la mejor iglesia levantada por los jesuitas en California".

"Este extremeño tan inadvertido es uno de los intelectuales más importantes del siglo XVIII en Extremadura, que fue un desierto cultural con muy pocas figuras destacadas", justificó Durán, quien lleva casi un año investigando la historia del jesuita, "muy conocido y considerado" en México y California, donde desarrolló su labor misional.

El interés de este periodista por la vida y obra de Miguel del Barco surgió precisamente por el desconocimiento de este personaje. "Es del mismo pueblo que mi padre y mi mujer y, curiosamente, nadie sabe quien es, conocen que es de allí, pero no su historia", explicó. Le llamó la atención que apenas hubiese "cuatro notas" escritas sobre el jesuita y que solo Teixidó Gómez recogiese en uno de sus libros sus aportaciones naturalistas

ESTUDIOS SECTORIALES Duran, que ya ha presentado parte de su investigación en una conferencia en Casas de Millán, afirmó que su objetivo es realizar un trabajo "muy completo" sobre este intelectual extremeño que, confió, se materialice en un libro la próxima primavera. "Es el primer trabajo sobre este personaje en Extremadura y en España porque hay algunos estudios sectoriales, pero no más", afirmó.

Para la recopilación de datos han sido imprescindibles las nuevas tecnologías. "Sin internet la investigación no hubiera sido ni la cuarta parte de lo que es", reconoció, pues la mayor parte de la documentación procede del otro lado del Atlántico. Cuenta con la colaboración de expertos de las universidades de Sonora y California, "donde es casi un héroe de los jesuitas porque edificó la propia misión de San Francisco Javier", a juicio de Durán, "su obra maestra".

FAMILIA ACOMODADA "También me está ayudando Eustaquio Sánchez Salor, profesor de la Universidad de Extremadura, con la traducción de textos en latín", apuntó el periodista, que aporta en su estudio la copia del acta de matrimonio de sus padres y ha podido averiguar a través del archivo parroquial que fue el tercer hijo de una familia "acomodada".

Los manuscritos de Miguel del Barco no fueron rescatados hasta 1973 por un profesor de la Universidad Autónoma de México de una biblioteca de Roma, donde su obra permanecía inédita desde hacía dos siglos. Estos documentos permitieron conocer mucho más del trabajo del jesuita extremeño que, según Máximo Durán, realizó grandes aportaciones que "fueron fuente de primera mano para otras investigaciones acerca de realidades naturales, etnología, lingüística, historia de las misiones y de los cambios introducidos entre los indígenas de la península de California", argumentó.

SIN ROSTRO Lo que hasta ahora no se ha encontrado es un retrato o dibujo que ponga rostro al intelectual extremeño y tampoco se mostró muy convencido de que aparezca alguna imagen en el futuro. Con o sin rostro, Máximo Durán pretende rendir un homenaje a un extremeño destacado , aunque "injustamente" olvidado y cuya obra merece ser rescatada para que el jesuita ocupe el lugar que le corresponde en la historia y las nuevas generaciones le conozcan.