Entrar en Las Hurdes por el concejo de lo Franqueado es comprobar la belleza de esta tierra que se ha ganado un lugar notable en la historia. Hoy saludan al visitante enormes extensiones de bosques y ríos encajonados, que otorgan al paisaje un encanto especial, sobre un relieve abrupto en el que los inviernos son fríos y los veranos calurosos.

Pinofranqueado toma este nombre compuesto, a primeros del siglo XIX, de lo Franqueado, que relata su liberación de las tierras de Granadilla, y de un enorme pino o la abundancia de éstos en la zona. Como ocurre en toda la comarca de Hurdes, cada pueblo tiene a su cargo varias alquerías, algunas de ellas con menos de una decena de habitantes; en el caso de Pinofranqueado son: Aldehuela, Avellanar, Castillo, Erias, Horcajo, Mesegal, Muela, Ovejuela, Robledo y Sauceda.

Pinofranqueado, al igual que el resto de la comarca, se ha convertido en un destino turístico importante como ponen de manifiesto las numerosas infraestructuras que posee: hoteles, camping, albergue juvenil, dos aulas de la naturaleza y cuatro refugios, a los que hay que unir el Centro de Documentación de Hurdes, además de la casa de Cultura, convertida en Nuevo Centro del Conocimiento.

De su patrimonio tenemos que hablar de las casas típicas de Las Hurdes, construidas con pizarra y que corren peligro de desaparecer. Un edificio singular es la iglesia de Nuestra señora de la Encina, de los siglos XII y XIII, realizado en mampostería que contiene un retablo mayor y dos más pequeños con interesantes piezas. El Cristo de la Salud, patrón del municipio, se cobija en la ermita del mismo nombre, del siglo XVIII, también de mampostería. Se pueden visitar las ruinas del convento de Los Angeles, en lo alto de la sierra del mismo nombre, un convento construido en el siglo XIII por parte de los franciscanos.

EL AGUA, TODO UN ATRACTIVO

Pinofranqueado está bañado por dos ríos, que desembocan uno en el otro, se trata de los ríos Los Angeles y Esparabán. Ellos originan dos saltos de aguas que merece la pena conocer, uno en el nacimiento del río Los Angeles: El Chorrituelo, en la Sierra del Pino de la Vela, en el que existe un mirador desde el que podemos admirarlo en toda su belleza. El otro se sitúa en el nacimiento del río Ovejuela, y se llama El Chorrito, se sitúa a dos kilómetros del pueblo y ha creado una zona de baño en un pozo nacido del propio salto de agua.

La visita a cualquiera de sus alquerías dará una idea aproximada de cómo era la vida en Las Hurdes a comienzos del siglo pasado cuando recibió la visita del rey Alfonso XIII.