Amador Rubio inventó hace años una revolucionaria loción capilar por casualidad. Su conocido crecepelo le catapultó a la fama y hoy sigue siendo todo un elixir de esperanza, especialmente, para aquellos que dejan el pelo cada noche en la almohada.

Amador era y es un hombre de campo. Olivarero no de Jaén, pero sí de Villanueva de la Sierra, en la comarca de Gata, ha aprendido que la madre naturaleza tiene remedio para todo, hasta para la caída del cabello, que ciertamente él no padece porque a sus años luce una envidiable cabellera. Se trata de un ungüento que, elaborado a partir de aceite de oliva, se parece a los potingues "que se usaban antaño con una mezcla de azufre para tratar las heridas de las bestias y evitar que se pelaran". Esta fue la gran inspiración de este cacereño que, bajo el nombre de Loción Capilar Amador, sigue exportando su revolucionario producto a lugares tan lejanos como Estados Unidos o Japón.

Hoy en día los pedidos se pueden hacer incluso a través de la página de internet, www.locionamador.com , pero cuando el crecepelo empezó a cambiarle la vida "la telefonista del pueblo se pasaba el día viniendo a mi casa para que fuera a atender a los que llamaban" ansiosos por frenar la alopecia. Los medios de comunicación rápidamente se hicieron eco de la interesante noticia. Así, la revista Interviú le catapultó a la fama con sólo un reportaje, al que siguió su aparición en televisión con María Teresa Campos o sus múltiples intervenciones en radio con Encarna Sánchez, "que me llamaba muchas noches para charlar", recuerda el inventor.

La pócima mágica contra la pérdida del cabello es mundialmente conocida como su descubridor. "Su eficacia está probada tanto en hombres como en mujeres", señalan las características del producto, que se comercializa en un envase en el que aparece uno de los caballos con los que Amador probó el ungüento y resultó satisfactorio. Pero además, las propiedades del descubrimiento son casi interminables porque ayuda a eliminar la caspa, da volumen al cabello, lo fortalece e incluso permite recuperarlo.

También inventó una crema regeneradora, que perfecciona en la actualidad, y que, al parecer, devuelve al cutis la tersura de una piel joven gracias a sus ingredientes naturales. Los pedidos siguen llegando a la pequeña localidad de Villanueva de la Sierra, donde Amador Rubio se aleja del mundanal ruido paseando entre sus productivos olivares centenarios.