Portezuelo está situada en la falda norte de la cordillera oretana. Su principal riqueza reside en el numerosísimo arbolado que posee, principalmente de encina y alcornoque, pero también en los productos cultivados en sus numerosas huertas y en el aprovechamiento de las dehesas con ganado vacuno, porcino, ovino y caprino.

Sobre sus pobladores, se sabe que estuvo habitada en la época prehistórica, porque se han hallado dólmenes, distantes a unos ocho kilómetros del pueblo.

Además, en el tomo uno, del catálogo monumental de Cáceres, escrito por José Ramón Mélida, se citan como monumentos prehistóricos las cuevas de la Columna y de la Peña, situadas a escasísima distancia de la localidad. En este mismo libro, pero en el apartado dedicado a las grutas neolíticas, se menciona la cueva de la columna, abierta en el corte o tajo de un peñasco al sur del municipio, aunque sólo es accesible por los costados del peñasco, y con mucho trabajo.

Del origen del pueblo no se tiene conocimiento. Así, Fray Pedro Arias, franciscano exclaustrado, natural de Portezuelo, pone en duda cuales fueron los primeros habitantes, si los griegos o unos soldados de Viriato, por el nombre atribuido Viria. También se sabe de dos asentamientos mineros de romanos a escasa distancia de Portezuelo, llamados las ferrerías y las fraguas cuyo suelo esta cubierto de escorias de hierro.

EL CASTILLO

Desde la carretera se divisa el castillo, cuyo nombre, Marmionda (puesto por los habitantes del pueblo) no es el original. El verdadero es el de Portillo, por ser el vigilante de ese puerto por donde pasaba el camino Coria - Alconetar y defensor de Coria, pero luego evolucionó hasta el de Portichelo, pero el más reciente es de Portezuelo, como el pueblo que duerme a sus pies.

Asimismo, hay que destacar que en la finca villa de Santa Ana, llamada Hoja de Santa Ana, se habla de la existencia de una ciudad de la época visigoda, lugar próximo al cerro de Macailla, donde se descubrieron restos de viejas construcciones. Además, se supone que los descendientes de Tarik fundaron en el cerro de Macailla una de las primeras poblaciones de esta comarca con escaso número de habitantes y de ahí su corta vida y nula transcendencia. Esto hecho hace suponer que los habitantes de Macailla fueron los que dieron origen al pueblo de Portezuelo, a donde se trasladaron cuando se erigió sobre la cima de la sierra la fortaleza o castillo. Esta Villa ha gozado del raro privilegio, concedido por Carlos I, de poder examinar y dar su correspondiente título a los maestros de cualquier oficio mecánico, pudiéndolo ejercer en todos los pueblos del reino.