La comarca del Valle del Alagón, concretamente en el término municipal de Portezuelo, se ha convertido estos días en el paso de numerosos curiosos ansiosos por ver a Muroalto, el toro que ha protagonizado el último éxito en la carrera del ganadero Victorino Martín.

Este astado, sigue protagonizando las noticias de muchos periódicos de tirada nacional y reportajes televisivos, después de que hace unos meses fuera indultado en la plaza de toros de Illumbe, en San Sebastián.

El toro del ganadero extremeño salió del ruedo con vida, por primera vez en la historia de la plaza, como premio a su bravura durante la lidia a manos del diestro Juan José Padilla. El torero no tuvo más remedio que recoger de manera simbólica las dos orejas y el rabo puesto que el animal salió como entró: a patitas.

Curación

Su bravura y buen comportamiento en la plaza como animal bravo acabó con un final feliz en el campo, aunque eso no evitó que sufriera heridas durante la lidia. Por eso, a las doce horas de ser toreado, el animal fue trasladado a Las Tiesas de Santa María, finca que el ganadero tiene en Portezuelo. Allí el animal es objeto de un proceso de curación. Su propietario, Victorino Martín, comentó que el toro se devolvió al campo "para que en diciembre pueda empezar a cubrir, que es cuando solemos echar los sementales a las vacas en la ganadería".

El toro, que nació en el 2001, salió en segundo lugar en la corrida, pesó 538 kilos y fue herrado con el número 170. Su bravura encandiló al público y al presidente de la plaza, por ello se ganó la salvación y numerosos halagos de su dueño. "El toro fue muy bravo, no se puede destacar ninguna virtud por encima de otras. Fue muy completo, de principio a fin, y cumplió en todos los tercios de la lidia", dijo Martín, en referencia al animal, la joya taurina de Portezuelo.