Este pueblo se encuentra al norte de la comarca del valle del Alagón, en la carretera que une Montehermoso con Plasencia. En él destacan los olivares, dehesas de encinas y alcornocales y un campo de jaras. La proximidad con la sierra hace que esta localidad conserve ese aroma tradicional que emana de la unión de la cultura serrana con la del valle, con excelentes paisajes que ofrecen la posibilidad de recorrer sus alrededores en los que encontrar todo un ejemplo de conservación de la dehesa extremeña.

En tiempos de los romanos, la zona estuvo incluida en la provincia romana de la Lusitania con capitalidad en Emérita Augusta. De su presencia quedan restos funerarios y otros arqueológicos como capiteles, aras votivas (dedicada al dios Júpiter), y posibles partes de una calzada que pudo unir la población de Cáparra con Ciudad Rodrigo, o lo que es lo mismo: la Vía Dalmacia con la Vía de la Plata. Asimismo, son curiosas las inscripciones que presentan algunas de estas aras, como la utilizada en alguna ermita para pila o para poyo en el famoso llano de Tío Miguel.

CONJUNTO ARQUITECTONICO

Pozuelo posee, además, un interesante conjunto arquitectónico, destacando la iglesia de San Pedro, del siglo XVI y en la que sobresale la sillería granítica que le otorga junto a su envergadura, una gran monumentalidad. Este templo es una nave única dividida en tres tramos que separan arcos ligeramente apuntados, y en cuyo exterior se pueden ver unos potentes contrafuertes, la espadaña, el campanario y la bella portada de los pies, en poniente, con vano adintelado sobre el que se sitúa un entablamiento clásico rematado con frontón que se divide para albergar una hornacina avenerada. La capilla mayor tiene testero poligonal y se cubre mediante bóveda de crucería. La iglesia presenta la típica dualidad estilística del siglo XVI español.

Son de reseñar, igualmente, tres ermitas: la del Cristo, una edificación del siglo XVIII; la de la Virgen de la Encina, patrona de Pozuelo, que de factura sencilla, pero bella, se hizo en el siglo XVIII, y la ermita de san José, la más antigua de todas.

En sus alrededores se puede disfrutar de rutas de senderismo como las del sendero del Majano que une Pozuelo de Zarzón con Gujio de Galisteo. De este antiguo tránsito ganadero queda la Cruz de la Cañada de la Dehesa a la que los pastores se encomendaban pidiendo la protección divina. Es un crucero granítico que se apoya sobre una tribuna de escalones de sillería. Además, la familia Guardado-Corchero tiene un museo etnográfico en el que ver los útiles agrícolas y ganaderos que sus antecesores, padres, abuelos y demás familiares utilizaban.