El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte comenzó a certificar las primeras cerezas de la variedad Navalinda, la «única que tiene pedúnculo» certificada en el cacereño Valle del Jerte, y que pronto saldrán al mercado con una contraetiqueta que «garantiza su máxima calidad», subrayaron desde la institución.

El presidente del Consejo Regulador, Emilio Sánchez, explicó que la campaña «de momento está siendo regular, las lluvias han estropeado una gran parte de la cereza temprana, aunque le vendrá muy bien a la Picota del Jerte», subrayó.

Cabe destacar que en el Valle del Jerte el cultivo de las cerezas se desempeña de una manera «natural, tradicional y sin aditivos», lo que consigue que «las cerezas y picotas tengan un sabor único y un altísimo contenido en vitaminas, oligoelementos, flavonoides» y tras una cuidadosa selección a pie de árbol, de acuerdo a un riguroso control de calidad, sólo las mejores se identifican con el sello de la Denominación de Origen Cereza del Jerte.

Así, existen muchos tipos diferentes de cereza, aunque la variedad principal en la zona del Jerte es la cereza picota que llegan a partir de la primera quincena de junio y que, «con la máxima calidad garantizada por la contraetiqueta que siempre les acompaña, estarán en los mercados hasta la primera semana de agosto», subrayó Sánchez.