Se dice que en los tiempos de Estrabón, una ardilla saltando de rama en rama podía llegar a recorrer la Península desde Gibraltar hasta los Pirineos. Ahora, 2.000 años después, esto dejará de ser un mito para convertirse en una realidad de la mano de la Fundación Más Arboles, una oenegé que trabaja desde hace varios años en impulsar una nueva cultura del árbol que contribuya a un cambio de mentalidad y de actitud en la sociedad respecto a su relación con la naturaleza. Entre los numerosos trabajos que realiza dicha Fundación para fomentar la reforestación, hay uno que acaba de nacer y del que ya se han puesto los primeros cimientos como es un corredor ambiental, o lo que es lo mismo, el Camino de las Ardillas. Este proyecto destaca no solo por su gran valor medio ambiental, sino porque además ayudará a salvar aquellas especies en peligro de extinción.

"La idea es plantar árboles, siempre especies autóctonas, con el fin de que el ecosistema se regenere", apunta Miguel Herrero, naturalista y colaborador del proyecto. Este eje norte-sur se complementa con otros transversales, entre ellos el del Tajo desde Lisboa hasta Albarracín, pasando por todos los pueblos ribereños del Tajo. En lo que concierne al corredor en suelo de Extremadura, se plantarán mayormente encinas y alcornoques a lo largo de unos 180 kilómetros, longitud que se estima que tenga el tramo extremeño, aunque precisamente sobre el trazado definitivo es en lo que ahora mismo están inmersos los promotores del proyecto que tratan de definir el trayecto metro a metro, a pie de terreno y cargados de planos. No obstante, lo que sí está claro es que el pasillo cruzará los términos municipales de las poblaciones de las comarcas de Alcántara, Tajo Salor Almonte, Valle del Alagón, Monfragüe y el Campo Arañuelo.

El Camino de las Ardillas tendrá una importancia fundamental, no solo para la regeneración de suelos y la lucha contra la desertización, sino también para la fauna, al permitir la comunicación entre distintos espacios naturales, con lo que se reducirá el riesgo de extinción de numerosas especies. "Recordemos que somos el país de mayor diversidad biológica de Europa, nuestra responsabilidad es mantener la riqueza natural", señala Herrero. De momento, la Fundación, que busca el apoyo de empresas y administraciones, trabaja respaldada por numerosas personas interesadas por el medio ambiente, entre las que además de Herrero, están sus hermanos Francisco y Antonio, autores del libro Extremadura en el corazón , así como Juan Valero, de la Fundación Más Arboles y Andrés Rodríguez, delegado en Extremadura.