Los vecinos de Casas de Belvís y de Belvís de Monroy, además de compartir medio nombre, también tienen el mismo párroco, Antonio Romero, cuya gestión tiene dividido al primero de los municipios. Un numeroso grupo de vecinos lo defiende. Otro grupo asegura que no quiere "rendir cuentas" sobre ciertas cuestiones, entre ellas, económicas. Los que reclaman saber el destino de la recaudación de fondos para la restauración de la iglesia de San Bernardo de Casas de Belvís han pedido por este motivo la "expulsión inmediata" de Romero, al que acusan de haber vendido patrimonio eclesiástico del pueblo y al que denuncian por sus "actitudes negativas con los feligreses. "Llevamos cuatro meses intentando dialogar con él y siempre nos ha dado largas", asegura uno de los vecinos de Casas.

Miembros de la comisión que recauda fondos para la iglesia local dicen que el párroco ha vendido una casa y su huerto por 21.000 euros, "ocultando el valor de la venta, además de los 4.000 euros recaudados por estos vecinos para la restauración de la iglesia de la localidad". Algunos piensan que el párroco intenta enfrentar a los dos pueblos, desviando el dinero recaudado a los fondos eclesiásticos de Belvís, cuando "la cantidad recaudada debe ser de manera íntegra para el patrimonio de Casas".

EL PERIODICO habló ayer con el párroco, Antonio Romero, quien dijo poder demostrar que tiene las cuentas "muy claras", para lo que mostró el comprobante bancario en el que aparecen reflejados los 21.000 euros que algunos vecinos reclaman y aseguró que esa cantidad "se está invirtiendo en las diferentes reformas que se realizan en la iglesia de San Bernardo y que, ahora, están paradas por los problemas que han surgido a la hora de nombrar a la nueva comisión".

El nombramiento ya está hecho "a petición de algunos habitantes, que aseguraban que los anteriores miembros de la misma eran personas mayores que debían alejarse de las preocupaciones eclesiásticas", explica el cura. Ahora está formada por seis personas "mitad de la gente que me apoya, mitad de los que no", aclara, para que todos estén al corriente del destino del dinero de la venta de bienes de la iglesia.

Pero Romero no sólo recibe quejas. Una mayoría le apoya. "Queremos consultar con los abogados del obispado de Plasencia y si nos dan vía libre, denunciaremos a la persona que inició todos los agravios que ha recibido el párroco y las personas que le apoyamos", dicen sus defensores.

En los últimos días, ambos pueblos han vivido una guerra de pancartas : unas pedían la expulsión del cura y otras lo defendían. Ayer los mensajes habían desaparecido. Romero espera que no se rompa la convivencia.