Como una mancha de aceite está expandiéndose el malestar entre los transportistas extremeños que se han venido encargando de las rutas escolares en las comarcas de Las Hurdes, Tierras de Granadilla y Valle del Alagón.

Este desasosiego es producto de la adjudicación que la Junta de Extremadura ha hecho del transporte escolar. Los transportistas de las citadas comarcas denuncian que se haya abierto las puertas a las grandes multinacionales del transporte, como la empresa Alsa, que ha metido, a la hora de licitar, bajas temerarias, con las cuales no pueden competir las medianas y pequeñas empresas.

Según parece, Alsa, que no paga impuestos en Extremadura, se ha quedado con la mayor parte de las rutas escolares. Su baja temeraria y sus reclamaciones han sido aceptadas de buen grado y, ahora, han metido en muchas de las rutas autocares con miles de kilómetros en su haber y que, al decir de algunos, son "unos auténticos animales antediluvianos que ocupan gran parte de la calzada de las carreteras de estos pueblos, que suelen ser bastante estrechas, por lo que ralentizan la que debiera ser fluida circulación".

Las redes sociales están que arden. A las quejas y el malestar de los empresarios de la zona, se han unido las voces de los padres de alumnos, que manifiestan que no van a permitir que sus hijos monten en "unos trastos a los que les suenan todos los huesos".