Moraleja vivió ayer un día de San Blas como los de antaño. Carrozas, caballos, jinetes y escopeteros acompañaron al santo en procesión junto a miles de personas al son de vivas a San Blas.

"Hacía años que Moraleja no tenía un día de San Blas con tantas carrozas y con tanta gente", explicó un vecino de la localidad mientras recorría la multitudinaria procesión.

Moraleja regaló ayer a vecinos y forasteros una estampa muy diferente a la de otros años. Los mayordomos de San Blas, en esta ocasión los quintos de 1969, consiguieron revitalizar la fiesta, algo que se habían propuesto hace unos meses. "Hemos conseguido que San Blas vuelva a ser lo que era en la localidad, un día lleno de alegría y fervor religioso", afirmó Jesús Pérez Escudero, portavoz de la quinta del año 1969.

Más de medio centenar de caballos acompañaron a San Blas en su recorrido por las calles de Moraleja, decenas de escopeteros lanzaron salvas al aire y seis carrozas dieron el toque de color y alegría en una jornada en la que la que niñas y mujeres se vistieron con el traje regional.

Cultivos como el algodón y el tabaco, la tradicional matanza extremeña y una reproducción de la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad fueron algunos de los motivos que se pasearon en las carrozas que acompañaron al santo que cura las gargantas. "Elegimos el algodón porque fue uno de los cultivos más importantes de la zona y porque queremos que lleguen mejores tiempos para los agricultores de Extremadura",afirmó una de las mujeres de la asociación La Encomienda. Los quintos del 69 fueron de nuevo mozos por un día y rescataron el fervor de una celebración que para muchos estaba perdida.